Es un pastel muy simple y rápido.
Ingredientes para 4 personas:
1 bolsa de puré de patatas.
250 gr. carne picada (queda mejor con cerdo).
1 cebolleta
2 ajetes (o un diente de ajo).
1/2 vaso de salsa de tomate especiada (teneis en el blog la receta), o salsa de tomate casera.
50 gr. de queso rallado.
30 ml. de vino de Jerez (o cualquier otro que tengais).
1 yema de huevo.
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Nuez moscada.
Un manojo de cebollino o perejil, según encontreis.
Sal y pimienta.
Primero preparamos el sobre de puré según indique el fabricante. Le añadimos pimienta, cebollino o perejil picado, un toque de nuez moscada y la yema de huevo. Lo mezclamos bien y reservamos.
Picamos la cebolleta y los ajetes muy finos. Pochamos con el aceite a fuego medio hasta la que cebolla esté transparente.
Añadimos la carne picada, la salpimentamos y subimos el fuego (en vitro del 6 al 4). Cuando la carne pierda el color rosado añadimos el vino y removemos hasta que se evapore el alcohol.
Tiene que quedar casi sin líquido (tampo hemos puesto mucho, se irá enseguida).
Tiene que quedar casi sin líquido, más o menos como en las fotos. Retiramos del fuego y reservamos.
Buscamos el puré de patata.
En una fuente (puede ser redonda o alargada, yo encontré esta), ponemos una capa fina de puré de patata.
Ponemos encima la carne picada y la distribuímos uniformemente.
Encima de la carne colocamos el resto del puré cubriendo. Si tenemos manga pastelera y paciencia queda precioso con la boquilla rizada, si no tenemos pues.... como se ha hecho toda la vida, lisito plan minimalista.
Espolvoreamos por encima el queso rallado y metemos en el horno a gratinar. En cuanto veamos que toma color tostado está listo para servir.
Y aquí lo tenéis. Buen provecho.
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