miércoles, 8 de junio de 2011

ALBAHACA (Ocimum basilicum)


Es una hierba aromática de la familia de las lamiáceas, nativa de Irán, India (es la planta sagrada de Vishnú) y otras regiones tropicales de Asia, que lleva siendo cultivada más de 5.000 años.




Hace muchísimos años llegó a los pueblos mediterráneos y de ahí su gran utilización en Grecia, Provenza francesa e Italia. La trajeron primero los griegos y luego los romanos. En el antiguo Egipto la utilizaban en el proceso de momificación. Para los romanos era el símbolo de los enamorados.

En algunas culturas caribeñas se la considera con poderes naturales que ahujentan las malas influencias espirituales y atraen las corrientes positivas de los espíritus de la luz.

Esta planta es muy sensible a las heladas, requiere una posición soleada.

Tiene un sabor picante a clavo y huele un poco a menta y regaliz.

La mayoría de las diferentes variedades de albahaca cultivadas en muchas regiones de Asia tiene un sabor parecido al clavo, que es generalmente más fuerte que el de las variedades europeas.

Se usan sólo las hojas frescas o secas. Cuando más aromáticas son es cuando son jóvenes, es decir, cuando mide alrededor de 20 centímetros de alto.

En la cocina las hojas frescas se usan con muchos tipos de alimentos: ensaladas, salsas (pesto), tomates, huevos, pescado (especialmente salmonete y las langostas), ajo, limón, aceite de oliva, pastas, berenjenas, patatas, alubias y arroz. Las hojas secas, en cambio, se pueden usar para la preparación de estofados y sopas, pues han perdido su aroma caracterñistico predominando el de la menta, son un poco más amargas.

Es mejor agregar la albahaca a las comidas en el último momento, antes de servirlas, ya que la albahaca tiende a perder su sabor.

Es buena para problemas gástricos e intestinales y para el buen humor.

La mejor forma de aprovechar su sabor es cortándola a trocitos con un cuchillo, nunca picándola.

La hierba fresca se puede mantener en el frigorífico durante cortos periodos de tiempo guardada en una bolsa de plástico o durante períodos más largos en el congelador, si se le eslcada rápidamente en agua hierviendo. También se puede mantener las hojas frescas en un tarro con una pizca de sal y cubiertas con aceite de oliva. Otra forma de conservarla es liarla en papel de cocina ligeramente húmedo y después volver a liarla en papel de aluminio. Para que no se apelmace a la hora de picarla, lavarla antes de guardarla en el frigorífico, cuando la queramos utilizar la sacaremos del frigorífico y la picaremos directamente.

La cociina mediterránea y asiática, principalemente la italiana de la primera y la tailandesa de la segunda, consideran a la albahaca un ingrediente insustituible de muchos de sus platos por su fuerte aroma, su sabor dulce y su sensación refrescante, que alcanza notas picantes en los tallos más viejos.

El uso gastronómico de la albahaca se centra en sus hojas, empleándose las más tiernas, enteras o picadas, para consumir fresca o en cualquier preparado troceado si se prefiere seca.

Pero el plato estrella de la albahaca es la salsa al pesto, realizada con aceite de oliva, ajo, piñones y hojas frescas de albahaca troceadas, ideal para todo tipo de pastas.

Los postres son un reclamo más sabroso, fresco y decorativo si se acompaña una macedonia de frutas, natillas, helado o postres flambeados con una hoja tierna de albahaca.



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